TABLEU VIVANT

He tallado en madera e intervenido de diversas formas una reproducción de La Balsa de la Medusa de Théodore Géricault, 1819. Dado el gran tamaño de la obra final ( 600x 400 cm), la he dividido en 7 piezas. He dejado 6 huecos en el lugar de algunos rostros del original para realizar representaciones en que actores y público general muestren sus caras en los huecos sustituyendo las imágenes originales realizando una suerte de tableau vivant. Para ello, esas personas se asomarán por detrás del tablero de madera en los agujeros destinados, que permanecerán vacíos el resto del tiempo. Ambos estados de la obra (con los rostros de personas vivas o vacíos) sirven para ilustrar la idea de la deshumanización del arte, objeto principal de la obra.

 

El proyecto combina el sentido del drama humano en dos niveles; el bien conocido del objeto de la obra original, su víctimas y sufrimiento, junto con el de la pérdida del rastro humano en gran parte del arte contemporáneo, que abandona el protagonismo del sentimiento épico del devenir del hombre. Y esa ausencia se hace patente tanto al exhibir la obra con los huecos vacíos en el lugar de los rostros, por su ausencia, como al incorporar las caras vivas de los actores en el tableau vivant durante las representaciones, que enfatiza una presencia humana.

 

Mi objetivo es exponer juntas la talla en madera, la estampación en papel, y una fotografía de la talla con los actores ejecutando el tableau vivant. Además de la fotografía del cuadro original de Théodore Géricault. Todo ello junto escenifica la biología de la imagen que defiendo como concepto. Esto es, la forma en que la misma imagen aflora en distintos soportes, a diferencia de otras prácticas artísticas, como ocurre con el cine, en que una multiplicidad de imágenes distintas afloran en un mismo soporte.