CARMEN ESCARDÓ, DESCUBRIR EL ARTE.

CLARA CARVAJAL NOS HACE PENSAR CON UN TABLEAU VIVANT

La creadora convierte en huella, en eso que marca, deja rastro o impresión, la monumental pintura épica de Théodore Géricault La balsa de la Medusa en el Espacio Valverde

La artista Clara Carvajal (Madrid, 1970) ha tallado manualmente en treintaiún tableros la iconografía de la catastrófica supervivencia de los náufragos de la fragata francesa Méduse frente a las costas mauritanas, en julio de 1816. Son maderas armadas en dos piezas convexas que envuelven y exceden en escala al espectador haciéndole partícipe del sufrimiento de estos hombres a la deriva, abandonados a la omnipotencia del mar. Incluso los huecos abiertos en algunos de sus rostros nos invitan a ocupar su lugar. Ambos armazones de bajorrelieve son parte de un proceso artístico, ya que constituyen la matriz de las veintiocho xilografías que completan Tableau vivant para descomponer esta icónica imagen del Romanticismo en fragmentos estéticos inconexos. El aire es deliberadamente primitivo o naíf, así como la alternancia de colores monocromos básicos, al modo de José Guerrero. La artista ha ejecutado artesanalmente la obra durante meses, en un esfuerzo físico e intelectual acumulado que debería hacernos reflexionar sobre la confrontación de una creación humana y la confeccionada por un robot.

Precisamente Carvajal se sirve de un hecho histórico convertido por un “viejo maestro” en símbolo universal, tras ser asunto político, para aludir a la deshumanización del arte, a la actual pérdida del referente humano. Ya Ortega y Gasset abordó el asunto de la disolución de la naturaleza simbólica del arte en las vanguardias y cómo dicha intrascendencia desafecta al espectador. Pero ahora asistimos a la deshumanización del artista mismo con el imparable avance de la inteligencia artificial en los procesos creativos, y ya no solo como herramienta de ayuda de los artífices de carne y hueso, sino como una entidad creativa en sí misma, capaz de simular el pensamiento y la sensibilidad artística humana. ¿Podrán los software reemplazar a los artistas plásticos? Para eso tendrán que dotarse de intencionalidad, ser capaces (desvinculados de las energías del ser humano) de involucrar directamente al espectador y de descolocarlo… Así, Clara Carvajal nos deja un mensaje en una estampa suelta que evoca el fondo del mar, los animales acuáticos que regeneran estas profundidades: nada se detiene aunque las personas se mueran y los barcos se hundan. Sí, todos vamos a naufragar, de ahí que la capacidad forjadora del ser humano resulte inextinguible sea por el cauce que sea.

Hasta el 20 de enero.

Carmen Escardó